2. Cristo nos presentó al Padre como el único Dios verdadero (cf. Juan 17:3) y, por tanto, el único que debe ser adorado (cf. Mateo 4:10). Es, pues, un error decir que todas las religiones adoran al mismo Dios, aunque de distintas formas. Aparte del Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, solo hay ídolos e idolatría. 3. Este Dios es transcendente. Cristo se refiere a él como el «Altísimo» (Lucas 6:35), dando a entender que él está por encima de todo concepto o manipulación de los hombres. Dios
Page 24